Todos entendemos que es impresionantemente prominente el número de perros que viven en situación de calle, y más allá de que, quizás no se dimensiona de manera correcta cuántos perros están en abandono, más que nada pues es bien difícil imaginarlo; es esencial que, como sociedad, comprendamos esta problemática, donde recientes estimaciones de la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Expertos en Pequeñas Especies (AMMVEPE) calculan que en México hay 28 millones de perros en la calle, lo que provoca que sea urgente desarrollar mecanismos para contribuir a estas mascotas en situación vulnerable, así sea a través de la adopción canina responsable, las reconocidas campañas de esterilización animal, tal como asistir con óbolos a los distintos Cobijos de este país. Pero el interrogante central que se hacen bastante gente que procuran investigar esta problemática es:
¿Por qué razón hay muchos perros en la calle?
¿Qué llevar a cabo si veo a un perro descuidado en la calle?
Encontrarse con un perro que está solo en la calle podría representar que fué descuidado o perdido. Muy probablemente va a estar asustado, va a tener apetito y sed y es posible que su salud esté comprometida. No se debe ignorarlo y prestarle auxilio. O sea lo que puede realizar:
- Haz fotografías o vídeos. Si tiene el móvil inteligente o una cámara a mano, tome gráficas del animal. De esta manera, si bien el perro escape, va a haber mucho más opciones de que se logre recobrar después al dar a conocer las imágenes y la localización en las comunidades y avisos impresos.
- Acércate con precaución. Tanto para eludir que escape asustado, como pues no ataque tratando defenderse, debemos buscar una aproximación sereno, tranquilizador. No llevar a cabo movimientos bruscos ni procurar apresarlo enseguida. Emplea un tono calmado, amistoso y ayúdate, para atraerlo, con comida o agua, si naturalmente está sediento. La clave es tener paciencia y ofrecer tiempo al animal a fin de que te perciba no como una amenaza, sino más bien como alguien que le rescatará.
- En el momento en que esté a tu alcance y se muestre parcialmente sereno, procura acariciarlo para ganar su seguridad, poder sostenerlo y que no escape. En dependencia del tamaño y carácter que muestre el perro, podrías agarrarlo en brazos; no obstante, si es un animal grande o miedoso, lo destacado es sostenerlo con una cuerda y llevarlo andando hasta el vehículo oa un espacio seguro.
- Si tiene chapa de identificación, intente entrar en contacto al dueño usando la información contenida. De cualquier modo, pregunta a los vecinos del sitio si vieron antes al animal y si saben quién es el dueño.
- Si no posee chapa o no puedes detectar al dueño, llévalo a una clínica veterinaria, la policía local o la guarda civil, para contrastar si tiene un microchip.
- Si puedes albergar al animal mientras que hace aparición su amo, hazlo. En caso contrario, llévelo a un centro de acogida.
Micro chip
El microchip es el dispositivo electrónico que tiene dentro los datos de los dueños y que posibilita su identificación. Este se implanta en la piel de la mascota y es la opción mejor para eludir el abandono de animales, de esta manera para devolver esos que se pierden en el hogar.
Los cobijos y las protectoras precisan voluntarios que ayuden en distintas campos. Puedes proceder a pasear a las mascotas y jugar con ellas, llevar comidas, mantas y otros artículos para su precaución o respaldar la limpieza, por ejemplo colaboraciones.
Perros, cóndores y envenenamientos
“Tal como yo por mi lado me daba cuenta de los impactos de los perros en mamíferos silvestres, la multitud que trabaja con cóndores en Ecuador se encontraba apreciando que en la carroña no solo se aproximaban estos pájaros. En el momento en que los perros se dan cuenta la carroña pasan a controlar en el ubicación y no dejan que se aproximen otras especies. Esto producía un inconveniente de ingreso a alimento para los cóndores y para otros buitres silvestres”, afirma Galo Zapata-Ríos, directivo científico de WCS Ecuador.
La multitud, en su intento por liberarse de los asesinos de sus animales familiares, está envenenando carroña y esto ha resultado ser mortal para la enorme ave de sudamérica. Según Martín Bustamante, secretario del Conjunto Nacional de Trabajo del Cóndor Andino, los envenenamientos de los cóndores son consecuencia indirecta de los envenenamientos de perros que tienen una consistencia fundamental en la región andina de Ecuador. Los cóndores mueren por el hecho de que terminan comiéndose las carroñas envenenadas o los perros fallecidos que antes se consumieron esa carroña.