En la casa de Angela, los animales eran considerados integrantes mucho más de la familia y se preocupaban bastante por ellos. Tenían a Boby que era un perro de cinco meses de nacido que medraba rapidísimo, tenían gatos, múltiples conejos y ciertos canarios. Angela sabía que próximamente sería su cumpleaños y lo que mucho más deseaba era que la llevaran a un parque de diversiones a pasear con sus primos y su inseparable Boby. Llegó el día y fueron a festejar en el parque de diversiones, la familia y los amigos de Angela. Antes de subir a la montaña rusa, mamá le ha dicho a Angela: «No pienso que sea buena iniciativa que subas a los juegos con Boby, es preferible que lo dejes», pero la pequeña no logró caso, se realizó la que no escuchó nada y se apuró a subir con su mascota.
En el momento en que la rueda comenzó a girar, Boby que jamás estuvo en estos juegos se atemorizó con la altura y en un abandono ¡zas!, se cayó y quedó atrapado entre los hierros. Todos chillaban agobiados, pero por fortuna, se detuvo la rueda. Un señor que estuvo muy cerca, ha podido rescatarle a tiempo, pero aun el señor se enojó por la imprudencia de llevar al animal y sin correa que es peor. Llegando a casa, le llamaron la atención a Angela por testaruda y desobediente. Aquella noche no ha podido ver su programa preferido de dibujos, pero aprendió que jamás mucho más llevaría cualquier lugar a su perro.
Que disfrutes casa, Max!
La Fundación Affinity es una entidad no lucrativo dedicada al precaución y confort de los animales. De ahí que, ha amado divulgar un libro sencillísimo en el que enseña a los pequeños la relevancia y las responsabilidades en el momento de tener una mascota.
El cuento, aun, asiste para los mayores a escoger la mascota mucho más favorable para los pequeños si se tienen inquietudes sobre el animal que seleccionar. Mucho más en concreto, en la historia vamos a conocer la adopción de Max por la parte de la familia de Anna, una pequeña de diez años.
Cuento «Ana y su don», de Miss Eli
A Anna le encantaban los animales, y podéis decir: «¡La mayor parte de los pequeños los adoran!». No era solo que le gustaran mucho, como a todos nosotros, no, ella tenía un don. Parecía estar comunicado con ellos y ellos lo comprendían. ¿Qué de qué manera puede ser? En eso radica tener un don, llevar a cabo algo que absolutamente nadie puede entender.
Un día, en la escuela, una arañita se coló en el sala. Sus compañeros chillaban, se subían a las sillas, se pegaban a la maestra como el mono mucho más trepador… Anna, sin pensarlo un par de veces, en vez de machacarla con una pisada, como pretendía llevar a cabo la maestra, cogió un papel, lo puso al lado de la pobre araña temblorosa, que al notar a muchos pequeños a su alrededor habría de estar aterrada, y le ha dicho:
Winnie the Pooh se queda atrapado en la casa de Conejo: Un cuento sobre los impulsos
) ‘Winnie the Pooh se queda atrapado en la casa de Conejo’, un cuento sobre la paciencia
Los impulsos nos meten en varios líos, de los que después solo tenemos la posibilidad de salir con algo de paciencia… y buenos amigos. No se pierdan esta entretenida historia de Winnie the Pooh. Aprieta en la imagen de arriba para leerla.
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