como manejar la muerte de una mascota con los niños

Entre los mayores temores de los mayores es transmitirle a un hijo la desaparición de su mascota. Se puede destacar que la desaparición de una mascota es frecuentemente la primera experiencia directa que tiene un niño con la desaparición. De ahí que, es esencial accionar apropiadamente, puesto que la primera muerte que vive el niño establece en buena medida de qué manera va a vivir el resto muertes que se generen durante su historia.

De manera frecuente la primera reacción de los mayores es substituir a las mascotas. Asimismo es recurrente que le cuenten al niño historias sobre un viaje, o que procuren una mascota supuestamente afín y la hagan pasar por la vieja, contando al pequeño patrañas piadosas como estuvo en la peluquería, etcétera. Este modo de esconder la desaparición al niño acostumbra confundir al menor, con lo que es conveniente enfrentar el hecho explicándole la realidad.

Pida asistencia

Hable con su médico veterinario sobre maneras de contribuir a su hijo a aguantar esta pérdida. Puede ser útil que su médico veterinario hable con su hijo. Es esencial que los progenitores notifiquen a las autoridades institucionales de que su hijo ha perdido una mascota. Si el niño muestra cambios en el accionar o síntomas de depresión, posiblemente necesite charlar con un asesor profesional.

Muchas academias de medicina veterinarias proponen una línea directa de asistencia para la pérdida de mascotas y proponen conjuntos de acompañamiento para los dueños de animales pequeños que padecen la pérdida de una mascota. Múltiples buenas fuentes de información sobre la pérdida de mascotas están libres, introduciendo el Centro Argus (que da acompañamiento a personas que están confrontando bien difíciles resoluciones sobre la salud o pérdida de su mascota) en la Capacitad de Medicina Veterinaria y Ciencias Biomédicas de la Facultad Estatal de Rojo.

Sobrepasar la pérdida

Tus hijos precisan entender la realidad, no les pintes la desaparición como algo bonito, tampoco les afirmes que su mascota se fué a un ubicación mejor, pues para tu hijo sería un abandono sensible. La realidad es la mejor forma de que después tu hijo confíe contigo. El cuerpo dejó de marchar y en el momento en que un cuerpo deja de marchar por el momento no puede regresar a verse mucho más, por el hecho de que desaparece.

Pero esto no significa que la mascota deje de existir, por el hecho de que está en el corazón de la gente que la han amado. Si tu hijo es pequeñísimo asimismo le puedes decir que su mascota está muerto, pero que es tal y como si se hubiese transformado en una estrella… Así mismo, va a poder recordarla cada noche.

Juega con tu hijo

Acompaña a tu hijo en el desarrollo de desafío a través del juego. Ciertos pequeños acostumbran a jugar que un animal de peluche enferma y muere. Este juego de papel puede ser poderoso y sanador, explota y forma una parte del juego para contribuir a tu hijo a entender y admitir la pérdida.

Existen muchos cuentos infantiles que abordan la desaparición de un familiar o una mascota, como “En tu corazón” de Sumara Marletta Guimbra. Tómate el tiempo de leer alguna narración acerca de el desafío con tu pequeño y charla sobre esto.

¿De qué manera puedes asistir?

  1. Entre las partes mucho más bien difíciles de perder a una mascota es ofrecer la mala novedad a los pequeños. Intente llevarlo a cabo en un espacio donde se sientan seguros y cómodos, sin dispesiones.
  2. Descubre cuánta información precisan oír según su edad, nivel de madurez y experiencia de vida.
  3. Si tu mascota es viejísima o tiene una patología persistente, considera charlar con los pequeños antes que muera.
  4. Si debes sacrificar a tu mascota, ten precaución con decir que lo “dormirán”. Los pequeños pequeños acostumbran a interpretar esto de manera así y esto les va a hacer tener conceptos errados.
  5. Si la desaparición de la mascota es mucho más áspera, enseña con tranquilidad lo ocurrido. Sé corto y deja que los pequeños hagan cuestiones.
  6. No procures azucarar lo ocurrido recurriendo a una patraña. No es buena iniciativa mencionarle a un niño que su mascota escapó.
  7. Contribuye a aguantar la situación. Como cualquier otra persona que encara una pérdida, los pequeños acostumbran a sentir mal y tristeza. Cuenta que es natural presenciar todas y cada una estas conmuevas.

En el momento en que el encontronazo de la novedad haya pasado, es esencial que asistas al menor a salir adelante. Es útil hallar formas destacables de rememorar a la mascota. Distribuyen historias sobre las aventuras o los instantes chistosos y abrázense con cariño.

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