como explicar la muerte de una mascota a un niño

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Inquietudes infantiles tras la desaparición de una mascota

Si bien una mascota no es un individuo, nos semeja esencial dedicarle unas líneas, puesto que habitualmente, esta va a ser la primera ocasión para un adulto de charlar a los pequeños de la desaparición. Además de esto, la pérdida de una mascota puede ser útil de explicación para ingresar el tema de la desaparición desde la naturalidad, que es la manera más óptima de llevar a cabo las cosas.

Puede suceder que esta experiencia provoque que los pequeños abran un profundo enfrentamiento sobre la desaparición. Como siempre y en todo momento, responderemos lo que sepamos con cariño y elegancia, y les afirmaremos lo que no sepamos. Tenemos la posibilidad de solicitarle al veterinario que nos asista a argumentar a nuestros hijos sus métodos y empujarlos de esta manera a normalizar este tema tan discutido.

Qué llevar a cabo

Los pequeños tienden a ser muy apegados a la mascota de la familia, con lo que su pérdida puede ser realmente traumática para un niño. La sinceridad es la mejor política en el momento en que se enseña la desaparición de una mascota al hijo, pero es requisito usar lenguaje correspondiente para la edad del hijo. Su hijo desea comprender qué ocurrió, conque utilice términos sencillos, no obstante, no digo que la mascota «fue puesto a reposar», puesto que su hijo puede hacer temor a reposar. Su niño precisa tiempo para afligirse y puede querer honrar su memoria realizando un álbum de fotografías y memorias o tener un servicio funerario conmemorativo a la mascota. Hable con su médico veterinario sobre la obtención de las cenizas de su mascota y entierre (si el ayuntamiento lo deja). Pregunte sobre otros mementos que su médico veterinario puede sugerir, de qué manera ofrecer una impresión de la pata de la mascota a fin de que sea un recuerdo que su niño logre atesorar. Para contribuir a que su hijo se centre en los recuerdos contentos, comparta historias entretenidas sobre su mascota y enmarque una fotografía del niño con su mascota.

Hable con su médico veterinario sobre formas de contribuir a su hijo a aguantar esta pérdida. Puede ser útil que su médico veterinario hable con su hijo. Es esencial que los progenitores notifiquen a las autoridades institucionales de que su hijo ha perdido una mascota. Si el niño muestra cambios en el accionar o síntomas de depresión, posiblemente necesite charlar con un asesor profesional.

Los rituales importan

Los rituales se usa para efectuar una transición, para prepararse y despedirse. En la situacion de los pequeños, esta práctica puede ser redactar una carteta, efectuar un dibujo, contar cuentos o recuerdos, o lo que sea mejor para el niño.

En ciertos casos, al procurar eludir el mal de los mucho más chicos, los mayores proponen o empiezan a buscar otra mascota para la familia. No obstante, hay que comprender que ese perro o animal era único y particular. De ahí que, asimismo hay que ofrecer rincón al luto. En cambio, como una manera de alzar el ánimo a los pequeños, es viable meditar en algún chato plus. Por servirnos de un ejemplo, se puede efectuar una noche de pijamada o una tarde de películas. Este espacio no solo deja comunicar y atravesar juntos ese instante amargo, sino asimismo posibilita la expresión de las conmuevas y el diálogo.

¿De qué forma puedes asistir?

  1. Entre las partes mucho más bien difíciles de perder a una mascota es ofrecer la mala novedad a los pequeños. Intente llevarlo a cabo en un espacio donde se sientan seguros y cómodos, sin dispesiones.
  2. Descubre cuánta información precisan oír según su edad, nivel de madurez y experiencia de vida.
  3. Si tu mascota es viejísima o tiene una patología persistente, considera charlar con los pequeños antes que muera.
  4. Si debes sacrificar a tu mascota, ten precaución con decir que lo “dormirán”. Los pequeños pequeños acostumbran a interpretar esto de manera así y esto les va a hacer tener conceptos errados.
  5. Si la desaparición de la mascota es mucho más áspera, enseña con tranquilidad lo ocurrido. Sé corto y deja que los pequeños hagan cuestiones.
  6. No procures azucarar lo ocurrido recurriendo a una patraña. No es buena iniciativa mencionarle a un niño que su mascota escapó.
  7. Asiste para aguantar la situación. Como cualquier otra persona que encara una pérdida, los pequeños acostumbran a sentir mal y tristeza. Cuenta que es natural presenciar todas y cada una estas conmuevas.

En el momento en que el encontronazo de la novedad haya pasado, es esencial que asistas al menor a salir adelante. Es útil hallar formas destacables de rememorar a la mascota. Distribuyen historias sobre las aventuras o los instantes chistosos y abrázense con cariño.

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