• Bulbos: Son órganos no subterráneos, pero estructuralmente son muy parecidos a los bulbos, excepto por su menor tamaño y menos escamas. Los bulbillos pueden aparecer en la axila de las hojas superiores como en el lirio naranja (Lilium bulbiferum), o pueden sustituir algunas o todas las flores… Para más información vea: Bulbillos
• Cormos: son partes de tallos sólidos e hinchados que contienen materiales de reserva almacenados y que se encuentran cerca del suelo oa su nivel. Los cormos pueden ser anuales o perennes y se forman como ramas de plantas centenarias, como en el azafrán y los gladiolos, o en los lados, como … Para continuar leyendo véase: Cormos
• Rizomas: son tallos subterráneos que suelen desarrollarse horizontalmente; se diferencian de las raíces por sus hojas escamas, que llevan una yema en el ápice y sin la capa de raíz. Los rizomas producen nodos, lo que indica su naturaleza compuesta. Constan de un … Para continuar leyendo véase: Rizomas
• Tubérculos: Generalmente son tallos o ramas subterráneas gruesas, generalmente redondas o ligeramente alargadas, con gemas u ojos que dan lugar a nuevas plantas. Algunos tubérculos son aéreos y ocupan el sitio de las ramas. Ejemplos de tubérculos son la patata, la alcachofa de Jerusalén y el arrurruto del… Para seguir leyendo véase: Tubérculos
Bombilla hortícola. El nombre del bulbo también se da en cualquiera de las plantas ornamentales como el azafrán, el jacinto, el narciso, el gladiolo, el barbero, el lirio, el amaryllis y otros. La mayoría de estas plantas tienen tallos simples que brotan de diversas estructuras subterráneas; se llaman colectivamente bulbos, pero representan no sólo bulbos sino también cormos, rizomas o tallos y tubérculos. Los bulbos son muy apreciados y ampliamente cultivados por su rápido crecimiento y flores vistosas. El término bulbo se aplica tradicionalmente a los bulbos holandeses, que se han cultivado durante mucho tiempo y se han exportado desde Holanda. Son muy populares durante todo el año, tanto como plantas de interior durante los meses de invierno como ejemplares de exhibición en los jardines desde principios de primavera hasta finales de verano.
Cultivar bulbos al aire libre no es muy difícil si tiene un suelo profundo y rico en nutrientes y un buen drenaje. El uso de estiércol crudo es un peligro para los bulbos porque, aplicado demasiado cerca de ellos, provoca la destrucción prematura del follaje. Una regla habitual para el cultivo de bulbos es que deben plantarse el doble de profundidad que su altura. Sin embargo, algunos bulbos deben tener el cuello por encima del suelo si se cultivan en suelos ligeros y ricos. Después de la temporada de crecimiento, cuando se terminan las hojas, los bulbos se pueden sacar del suelo y almacenarlos en un sitio seco. Si este almacenamiento dura demasiado, se secan y mueren. La reproducción de las plantas bulbosas se puede realizar por semilla, por bulbos infantiles o por brotes. La mejor garantía de éxito en el cultivo de bulbos es la selección de una clase superior y el uso del cuidado adecuado.